30/5/15

INFANCIA

           

                 -I-

Es la hora de la siesta.
Vuela un milano "cansuto"
por el cielo del corral.
El aire dormido, muerto.
Yo, a la sombra del parral,
sueño en cazar gorriones
tras las tapias, en el huerto.

Nubarrones de la tarde
que vienen de los riberos.
Olor a tierra mojada
y la tormenta que llega
en pleno agosto torero...
(Con trapos rojos por capas
y cornamentas de almendro,
¡todo agosto toreando
porque así lo manda el tiempo!)

Pronto llegaba septiembre
envuelto en melancolía,
con un mar de fantasía
donde poder navegar:
tardes en las "albujeras"
(para nosotros un mar)
donde nuestras carabelas,
plenas al viento sus velas,
navegaban cada día
buscando sueños de sal.

Y con septiembre, el otoño.
En sus tardes amarillas
se podaban las acacias.
La plazuela era una niña
de melena despeinada.
Nosotros, pobres guerreros
fabricándonos espadas.

Los domingos por la tarde,
en otoño, espadeando
¡por si miran las muchachas...!

Y el lunes por la mañana
con paso lento, a la escuela.
Escuela de leche y queso,
de tintero y de pizarra,
de las lecciones a coro,
de "Santiago y cierra España",
de los domingos a misa
y el jueves ,media jornada...
Escuela de catecismos,
del venid y vamos todos
con las flores a María.
De grises fotografías
colgadas en la pared.
De las glorias del ayer
y del incierto mañana...
Escuela de mil recuerdos
donde sólo te enseñaban
lo que al tiempo convenía...
y, sin embargo,
¡cómo añoramos la escuela
cuando entramos en la vida...!

                  

          

               -II-


Silencioso y somnoliento
pasaba el pueblo el invierno.
Tras un camisón de niebla
se adivinaban cual senos
juveniles y redondos
las siluetas de los cerros.
Finas sábanas de hielo
cubrían los campos desiertos
y mil vidrieras de escarcha
sobre los charcos sedientos. 

Cada frío anochecer
se impregnaba todo el pueblo
de un ambiente ahumado y cálido:
olor a jara y escoba,
a retama y a tomillo.
Decenas de chimeneas
lanzando al aire, al unísono,
columnas de blanco humo...
¡una lumbre en cada hogar
para combatir el frío!

Y nosotros en la calle...
¡sólo jugar y jugar!
Despreciando el viento helado
de las tardes de diciembre,
parando el reloj del tiempo
e inventando libertad...

Era otra luna la Luna
llegando la Navidad.
Er
a otro el aire y,
el cielo,
se adornaba con estrellas
que no había visto jamás

¡Ternura en el corazón...!
Junto al calor del hogar,
historias dulces y cándidas
de antaño...por Navidad.

Y en San Antón, la tambora,
la cochina, la cucaña...
Por San Blas, vaca romera
y refajos de serranas
que giraban y giraban
con brillos de lentejuelas.
En febrero, el carnaval.
(¡Prohibidas las caretas!
Sólo las podrán llevar
los que ya las tienen puestas:
los grandes especialistas
en ocultar la verdad.
Para el pueblo, prohibidas
las caretas, las protestas,
los cánticos y el pensar...
         


                 -III-
.
..Y un día cualquiera, el milagro
de los almendros en flor.
Esas ramas esqueléticas
que aguantaron mil heladas 
a lo largo del invierno,
de pronto, un amanecer,
visten sus delgados cuerpos
con finos trajes de tul.
Trajes blancos y rosáceos
tan frágiles como el sueño
de una doncella desnuda.
Tan bellos como el azul
de un cielo de primavera
tras unas gotas de lluvia.

Un espectáculo inédito
para los que no conocen
estas tierras de sudor.
¡Todo el campo endomingado
con trajes blancos, rosáceos,
como nubes de algodón!

Tímida y joven primero,
plena y ardiente después,
llegaba la primavera.
Un paisaje en blanco y negro
dejaba paso al color.
Amplios ríos de alegría
inundaban todo el pueblo,
y en las calles y en los campos
comenzaban a sonar
los vivísimos acordes
de una mágica obertura:
miles de arpegios dormidos
en pentagramas de hielo
despiertan de su letargo
y, con renovados bríos,
comienzan a interpretar
la más bella sinfonía,
la improvisada y eterna
sinfonía de la vida...

¡Qué de voces de chiquillos
por los patios, por los huertos!
¡Qué griterío de mujeres
por las calles, en la plaza!
¡Qué explosión de vida nueva!

Borrachos de primavera
nos pasábamos las tardes
entre flores amarillas,
entre trigos y amapolas,
sobre peñas, entre riscos...
Nos bebíamos cual sedientos
nuestros más felices años
sin tan siquiera saberlo.

Luego, sólo quedarían
las cenizas de aquel fuego
que alimentó nuestra infancia.
Y es que el agua de este río,
que es la vida,
arrastró todas las brasas
hacia un mar embravecido...




                   -IV-

¡Felices años primeros...!
Tan sobrados de energía,
tan huérfanos de experiencias,
en un mundo donde todo
estaba por descubrir.
Tan bañados de inocencia
que los envites adversos
no nos parecían verdad.

Pocos, pero tan intensos
que a lo largo de la vida
ya no los vas a olvidar.
Y, por fin, tan importantes,
que aquel que no los vivió
como había que vivirlos,
nunca podrá amar la vida
porque a sí nunca se amó

¡Bendita, añorada infancia,
donde no existía el pasado,
donde se obviaba el futuro...
sólo el presente regía
nuestras fantásticas vidas!


En la brasa de la siesta
vuela un milano "cansuto"
por el cielo del corral.
El pueblo, desierto, quieto.
Yo, a la sombra del parral,
odio en silencio la siesta
que no me deja jugar.

                      1986


De "Paisajes que retornan" (1980-1999)



27/5/15

Marinero


Son tus manos dos palomas
volando hacia el palomar.
Es el palomar el viento 
que viene hacia ti del mar.
(Las palomas de tus manos
siempre errantes volarán.)

Llega el ocaso a la playa
porque la luz cae al mar.
Si el ocaso es en tus ojos,
la luz...¿dónde caerá?
(Se la llevan malos vientos
camino de la ciudad.) 

¿Qué tienes que ni las olas
consiguen tu despertar?

A tu lado un marinero
por ti dejó de bogar.
Junto a su ancla de plata
aguarda tu despertar.
(Tú querías un marinero
y ahora quieres todo el mar.)


Sus ojos, enormes faros
escrutando tu interior.
Es tu corazón de un hielo
que no se funde jamás.
(La frialdad de tu alma
con su barco acabará.)
 


¿Qué tienes que ni las olas
consiguen tu despertar?

Sueña solo el marinero
con otros puertos de amor.
Junto a ti y de ti tan lejos,
¡cómo añora el marinero

el mar que por ti dejó!
       
                          1985


De "Paisajes que retornan" (1980-1999)

 

24/5/15

Estaciones de la vida



Afuera, la algarabía
de chiquillos alocados
que no paran de jugar.
Dentro de mí, la alegría
de esta juventud primera,
de esta feliz primavera
repleta de libertad.

Afuera, el sol del verano
y a veces pasos furtivos
que van a ningún lugar.
Dentro tú y yo, desquitándonos
de tanto sueño oprimido,
de tanto libro didáctico
y de tanta soledad.

Afuera, las hojas muertas
bailando un rítmico vals
con el viento del otoño.
Dentro, nuestro dulce hogar:
dos retoños malcriados
y un amor tibio y cansado
de tanta mediocridad.

Afuera ruge el invierno.
El viento llama con furia
golpeando en el cristal.
Dentro, yo, solo, decrépito,
llorando tu larga ausencia
y añorando aquel verano
en que me enseñaste a amar.


                     1985


De "Paisajes que retornan" (1980-1999)



 



20/5/15

A Huelva



Huelva, hermana ignorada
en los cuentos morunos.

Huelva, rebelde niña
que miraste al ocaso
en vez de a la Mezquita.

Huelva, emigrante eterna,
traviesa y marinera
y  a la vez tan profunda.

Huelva, la de Moguer
-cuna de Juan Ramón-
Huelva, la de Ayamonte
-faro de Portugal-,
la del Puerto de Palos
-de allí partió Colón-

Huelva, la de Doñana
-belleza natural-
Huelva, la del Rocío
-locura universal-
Huelva de las marismas,
de Riotinto -el metal-

Huelva de los pinares,
de la sierra y el mar.   

                    1984  


De "Paisajes que retornan" (1980-1999)

16/5/15

Soledad


¡Cuánto tiempo sin mirarme!
¡Cuánto, sin explorar en mi fondo,
sin agitar mi conciencia!
¡Debo tener tanto trasto amontonado,
tanto sueño polvoriento!

Hace mucho que no bajo
a mi dormido silencio,
donde todo se quedó
inerte y aletargado
en un recodo del tiempo.
Donde todo fue a parar
desde entonces, sin remedio.

Hoy quiero volver allá
como el sol vuelve a mi huerto.
Hoy quiero clasificar,
por quedarme con lo bueno,
todo lo que yace muerto
en el recodo fatal.

Tuvo la culpa un agosto
preñado de juventud.
Tuvo la culpa el azul
de aquel cielo caprichoso.
Una ilusión tan ilusa
como pensar que la vida 
sería mañana mejor.
Un jugarte lo que tienes
para, al fin, perderlo todo.


Vuelve a silbar otra vez
el viento que me hace coro.
Vuelvo a llorar otra vez
el tiempo que llevo solo.
De nuevo vuelvo a pensar
en tu amor -en el recodo-
donde se quedó parado
para siempre,
desde entonces,
todo.

                  1980 


De "Paisajes que retornan" (1980-1999)

13/5/15

Nuestro paseo


Él era nuestro paseo.
Estrellas y asfalto nada más, ¿recuerdas?,
Por él paseábamos
borrachos de risas
en las madrugadas de los quince años.
No existían peldaños
que nos impidieran caminar con bríos.

Era el gran paseo
hacia la maraña de la vida incierta.
Nos lo recorríamos cada madrugada
soñando caminos tras de las montañas.
Con paso seguro
hacia el gran futuro libre de barreras...

Ahora que aquel tiempo
no es más que el pasado.
Ahora que el futuro
se ha vuelto presente
y no se parece a aquel que soñamos,
ahora que sabemos que todo era un sueño…
...la vida, sarcástica, se ríe de nosotros:
a nuestro paseo trajo sus barreras.


(Pusieron badenes de asfalto
para sujetar la locura del mundo)

                     1979


De "Primeros poemas" (1970-1979)


                     





10/5/15

Crisis de identidad (Adolescencia)


Sé que soy porque los otros
dicen de mí cómo soy,
mas yo sé bien que no soy
como suelen ser los otros.

Los otros son como son
y como son, quieren ser;
yo, si soy, estoy seguro:
como soy, no quiero ser.

Y me empeño en no ser yo
para ser este o aquel,
y ya al final vengo a ser
de nuevo yo y sólo yo.

Si sigo siendo y no siendo,
ya soñando, ya viviendo,
terminaré no sabiendo
quién es el otro y quién yo.

                  1979


De "Primeros poemas" (1970-1979)


6/5/15

Mis sueños


Mis sueños eternos...

Estos sueños míos tan déspotas
que tanto me duelen a veces
y que, por simple pereza,
no sé definir.

Estos sueños míos ardientes, volubles,
que a veces me elevan
y a veces me hunden
en lo más profundo de la soledad.

Estos sueños míos fantásticos,
que no me abandonan,
que vienen conmigo
desde los jardines de aquel viejo patio escolar...

Estos sueños míos me tienen
cercado, infeliz,
oprimido, impotente...y a veces,
a veces los quiero.

             

                             1978


De "Primeros poemas" (1970-1979)



3/5/15

Versos de paja



¡Ay, tozudo poeta!

Te empeñas en dar vida a un poemita de amor,
para tus rezos,
y no encuentras palabras.

Tus versos salen fríos
del glaciar de tu alma.
Son fantasmas sin rostros,
sin cuerpos, sin sonrisas...

Son palabras vacías porque nunca
te atreviste a tocar la inspiración.

Y sientes que lo azul
se te ha vuelto poesía,
pero sin cielo.

Y que el paisaje grana del verano
se agostó en el papel
sobre el que lloras.

Tus versos están tristes, mutilados:
sin besos, sin caricias...

Y a pesar del fracaso, tú te empeñas
en seguir abrazando la utopía.

!Te consumes poeta entre tus versos!

Versos de nieve blanca, sin calor, sin verdades.
Juguetes de ilusión.
Versos de paja...

¡Poeta,
no te mueras inventando el amor!

¡Ya lo inventaron!


                              1974



De "Primeros poemas" (1970-1979)