16/12/16

Las palabras exactas


Estos últimos días deambulo perdido
caminando sin rumbo por un bosque de letras
tratando de encontrar las palabras exactas
que me lleven de nuevo al lugar que tú habitas
al seguro refugio de quietud que es tu nombre.

Y analizo vocablos y combino fonemas
por si doy con la clave que consiga atraerte
pero solo palabras sin sentido me salen
de este abismo sombrío que es mi mundo sin ti.

Escribir para uno es tarea baldía
las palabras entonces se clavan como dardos
en el pecho ya herido por mil noches en vela
preguntando a la luna por qué tanto silencio.

Sin embargo son rayos de la luz más intensa
cuando surgen seguras de viajar en el tiempo
hasta el lugar exacto donde el amor espera.

Entonces las palabras son estrellas brillantes
que iluminan las noches de quienes las reciben
y ya nunca se escapan de sus almas dichosas.

¡Cómo me gustaría encontrar las palabras
exactas que despierten las promesas aquellas
que me hiciste una tarde de luceros brillantes
cuando el mundo eras tú y afuera no había nada!





25/11/16

Vendrás, sé que vendrás

















Vendrás, sé que vendrás
cuando mi aliento sólo sea un suspiro
perdido en las tinieblas del ocaso,
cuando mi cuerpo fluya a la deriva
por un mar sin sentido
de tanto naufragar tras tu silencio.
 
Vendrás, sé que vendrás
al filo de una oscura medianoche
mientras la madrugada se hace eterna
y en su terca quietud
se niegue a caminar hacia la aurora
del ansiado y postrero nuevo día.

Vendrás, vendrás y...entonces,
¡cuánto lamentaré no haber vivido
todo el tiempo a la sombra de tu risa
para pintar la nieve de tu rostro
con versos de colores encendidos,
para adornar tus trenzas infantiles
con flores a la vera del camino,
para incendiar la fronda de tu cuerpo
con estas manos mías, como antorchas
en busca de recónditos remansos
donde apagar la sed por tanta espera!

Regresarás, lo sé,
cuando la densa niebla ya me envuelva
con sus brazos de bruja plañidera,
cuando este barco mío ya zozobre
en las sombrías aguas del Estigia
y el tiempo derrochado en no tenerte
me aplaste la conciencia como losa.

Vendrás entonces tierna y afligida
sobre una luna llena exuberante,
ataviada con túnica de seda,
y besarás mi frente tiernamente
con un último beso
en las primeras luces de una aurora
lejana ya, imposible.




27/9/16

Nunca el tiempo es perdido


Nada es inútil, nada
es vida derrochada.
Nunca el tiempo es perdido
cuando lo utilizamos generosos
en avivar el fuego que conserve
despierta la ilusión.
Todo aquello que hacemos sin presión
nos hace renacer
en cada nuevo día.
Es fuente de esperanza, de alegría,
es inundar de luz y de armonía
el propio corazón.

Nunca el tiempo es perdido cuando amamos
con un amor sublime
todo aquello que hacemos o afrontamos
para seguir creciendo como hombres,
para ser más persona cada día.

Admirar un hermoso atardecer,
pasear por un parque con palomas,
aspirar de las rosas el aroma
o pasarse las horas contemplando
la inmensidad del mar...
nunca es tiempo perdido.

Deshacer un dilema,
escribir un poema
o escuchar veinte veces por lo menos
una bella canción...
nunca es tiempo perdido.

Solo pierden el tiempo los que absortos
se olvidan de ellos mismos
para poner sus vidas al servicio
del más duro y feroz materialismo.

Ellos son los que pierden todo el tiempo
mientras dicen y gritan
mil veces cada día,
como en una terrible letanía,
que el tiempo es oro...¡ORO!,
que los segundos cuentan,
que cada uno es vital para seguir
sumando dividendos.

Son los mismos que,
por falta de tiempo,
salen siempre corriendo
cuando ven acercarse algún poeta
que en voz alta y tranquila
proclama a todo aquel que oírle quiera
aquello tan sencillo y evidente
que muchos ya olvidaron:

¡El tiempo nunca es oro,
el tiempo es siempre vida!




 

6/9/16

Un café solo


Mesa y café. 
Momento dulce 
para mirarme 
por los rincones 
de mis derrumbes. 
Para encontrarme 
conmigo mismo. 

Tregua serena, 
para cambiarme 
la ropa sucia 
tras la batalla 
por la decencia. 
Para cubrirme 
mis paradojas 
con tibias gasas 
de dignidad. 

Pausa precisa, 
para ser, sólo 
por diez minutos, 
pieza que encaje 
en el engranaje 
de mis ideas. 
Para engrasar 
la noble rueda 
de mis propósitos, 
esa que oxidan 
día tras día 
las humedades 
de este sistema 
frío, parcial. 

Un café solo 
para curarme 
los arañazos 
de ese felino 
sediento y ávido, 
de ese salvaje
 libre mercado 
neoliberal. 

Un café solo
a solas conmigo. 
Luego, a la calle, 
a ser de nuevo 
sólo carnaza
 para un sistema 
ciego y voraz.

21/4/16

Geisha





De nuevo llora Willians en mi viejo pecé
                                con su más dulce llanto -Memorias de una Geisha-
y esa boquita roja que ilustra la portada
sobre níveo rostro de fina porcelana
remoza con su luz mi excitable memoria 
y hasta el palacio gris de mi terca nostalgia
parecieran volar las notas del violín
en busca de tus ojos, dos gemas rutilantes,
en busca de tu imagen de geisha azul, lejana.
Y acuden en tropel aquellos dulces días
en que te ibas dejando sin siquiera saberlo
melíferos trocitos de ti por los rincones
de mis horas sin alma.

Regresan agolpados los recuerdos
cual fantasmas surgidos de la niebla
golpeando con fuerza en mi ventana
pidiendo que les abra,
que traen para mí, prendida en sus embozos,
tu imagen  de princesa enamorada
para hablarme de nuevo de promesas,
de sueños imposibles,
de soledades muertas,
de anhelos infinitos en la noche
bajo la luna llena,
de aquel tiempo feliz y compartido
que ahora yace enquistado
en mi frágil memoria de cristal
de donde solo el eco ya me llega
cual susurro del viento entre las ramas
de un sauce malherido y soñoliento.

Y acuden, enlazadas con las notas,
tus hermosas palabras,
aquellas que impactaron como dardos
en mi yerma desgana
para sembrarla de fértiles semillas
que al brotar se dejaron en mi huerto
feraces plantaciones de esperanza.

Pero esas mismas notas de violín
me traen también olvidos y distancias
que se elevan como una cordillera
que levanta sus crestas imposibles
entre mi corazón y tu silencio,
entre tu frialdad y mi nostalgia,
hiriendo mi ilusión como una espada
entre la oscura noche de mi ocaso
y la brillante luz de tu alborada.


                             Febrero-2014


De "Con cada nuevo otoño" (2014-2016)












3/4/16

Un tiempo sin tiempo


Hubo un tiempo con magia
en que el mundo cabía en nuestro barrio
y todo el universo en nuestra risa.

Y era tal la inocencia,
que cualquier novedad era un asombro
y cualquier ocasión, una proeza.

Entonces la existencia
se llamaba ilusión
y, al igual que los ríos en primavera,
llegaba cada día tan crecida,
que anegaba las áridas riberas de la tarde
de juegos infinitos y de risas.

Eran risas por siempre a flor de boca,
manando a borbotones
ante el mínimo guiño de la vida.

Hubo un tiempo sin tiempo,
sólo un breve suspiro
pero, fue tan intenso
que asentó para siempre los cimientos
del frágil edificio
que habitamos después.

La infancia es una fábula,
un paisaje de ensueño sin pulir,
una dulce promesa de futuro.

La infancia es un tesoro
que sólo valoramos al final del camino,
cuando ya divisamos el abismo.



De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)


9/3/16

Nocturno



La noche se diluye en mi tristeza
dejándome en los labios del recuerdo
el sabor agridulce
de lejanas nostalgias…

La fuente se vacía de soledad 
entonando baladas de agua y piedra 
cuando lanza su chorro con espuma 
hacia la noche negra, 
más allá del fulgor 
de un contraluz suave de polvo blanco y luna.
             
Y junto a ella, yo, 
solitario, perdido y atrapado 
en la tela sutil
que por aquellos días tejieron tus palabras, 
lejanas ya en el tiempo, 
pero adheridas para siempre ya
a la enferma obsesión
de mi terca memoria. 
Palabras como dardos 
que anularon con su dulce veneno 
mi débil voluntad enamorada.

La orquesta toca un vals que viene y grita, 
que huye y se desmaya 
con cada bocanada de viento racheado, cálido,
de aquel agosto infame.

Y hay como un deje amargo de desprecio,
un hastío infinito, 
en esas risas huecas y forzadas 
que me llegan a golpes 
desde la algarabía del jardín, 
invadido, violado, 
por siniestros fantasmas de rostros afectados.

Más abajo, hacía el río, 

a la luz de una luna medio llena,
se extasían inhiestos los chopos plateados 
contemplando sus siluetas de sombra 
en las tranquilas aguas.
Hasta ellos parece que se ríen
                              de mi amargo abandono
                              cuando el viento los mece
y se agitan sus hojas verdiblancas.

Y mientras, tú, 
habitándolo todo:
con tus ojos abiertos frente a mí
en cada estrella joven que titila en la noche,
con tu eterna sonrisa macilenta
de adorable nereida
en la luna menguante que corona la sierra,
con tu voz cantarina y hechicera
en la inquieta corriente del río entre las rocas,
con tu cruel arrogancia
de flecha de veleta en lo alto de la torre
hurgándome en la herida.

Todo es sosiego y paz alrededor, 
todo guerra y dolor dentro de mí
en esta noche niña de astros como antorchas.

Al pronto, 
para dejar constancia 
de que  la vida existe también entre las sombras,
comienzan su concierto de monótonas notas
una legión de grillos desvelados.
.
La noche me aprisiona y se eterniza
en mi negra tristeza
dejándome en los labios del recuerdo
un sabor agridulce
a perpetuas nostalgias…


De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)






28/2/16

Lágrimas negras


Lloran las acacias sus lágrimas negras
sobre las aceras sucias, solitarias,
de esta ciudad muerta que me ahoga el alma
desde el mismo día en que te marchaste
en busca de sueños en otras miradas.

El viento, que sabe de amores lejanos,
se llega a mi puerta cada madrugada,
me silba canciones que hablan de tus ojos
-dos lagos serenos de un mirar profundo-
y hablan de tus labios, dos fresas amargas.

Y en la hora exacta de la tarde esquiva,
se acerca a mi triste soledad enferma
y me trae aquellas fragancias azules
de tu pelo negro, de tu piel morena
después de una noche de amores con luna.

Lloran las acacias y encienden sus ojos
miles de farolas por las avenidas
mientras vago errante en pos de un delirio,
de un sueño perdido en la noche del tiempo,
de un amor sublime oculto en la niebla.


 De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)


16/2/16

Música




                  "El que escucha música, siente que su soledad, de repente, se puebla"
                                                       
                                                                                Robert Browning, poeta inglés





Voz dormida en eternos pentagramas,
lenguaje de los dioses,
eres, música, el bálsamo suave y milagroso
que sana cicatrices en el alma.

Hija del viento helado
que silbaba en las noches primigenias
del Olimpo sagrado,
antes de que los dioses sucumbieran
a los falsos destellos
del oro de los hombres.

Tú eres río de dicha
para el espíritu reseco ya, amargado;
catarata de vida
para las flores mustias
que pierden el color y la fragancia
por los prados azules del olvido.

Son tus notas
curiosos duendecillos que se adentran
por las grutas oscuras del oído
hasta llegar al cálido habitáculo
de un corazón que late apresurado
al sentir tu presencia.

Música que emociona y estremece,
que enamora y que mece
los sueños encerrados
en tarros transparentes
de tantas noches mágicas y locas.

Eres como la seda sobre la nívea piel
de una doncella dormida.
Eres luz en penumbra,
locura que sosiega,
dulce néctar volátil
que va endulzando el aire
con gotitas doradas de sutiles acordes.

Eres y serás siempre
el bienhechor aliento
de los dioses eternos y sagrados
que calma las tormentas
del alma atormentada de los hombres.


 De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)







7/2/16

Mientras me quede tiempo


Cada día te busco
en la tibieza gris
del aire de noviembre.
En el cielo plomizo
que se derrama en lágrimas
sobre el parque desierto.
En montañas azules
que ocultan sus siluetas
tras retales de niebla.

Te busco a todas horas
entre los tristes sauces
que lloran junto al río
cuando muere la tarde.
En el aroma intenso
del poleo y la menta
allá en la fuente fría.
En el silencio eterno
del páramo sombrío.
En cálidas solanas.
En gélidas umbrías.

Y te busco tranquilo,
sin latidos, sin prisas,
porque sé que encontrarte
no es cuestión de clamores.
Porque ya no eres rostro,
ni sexo, ni sonrisa.
Porque ya sólo eres
una sombra sin cuerpo,
una estela sin agua,
un júbilo sin risas.

Te busqué y aún te busco
entre los pasadizos
de mis turbios recuerdos.
Y apenas una imagen
de tu dulce belleza
me queda para amarte.
Sé que llegará el día
en que ya no te tenga
colgada en mi memoria.
Pero eso no será
ningún inconveniente
para seguir amándote,
para seguir sintiendo
tu calidez, tu aliento.

Te seguiré buscando,
te buscaré incansable
entre todas las cosas
mientras me quede tiempo.


De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)

31/1/16

Esferas


Una y otra vez 
la impertérrita esfera giratoria del tiempo 
me devuelve al origen 
de las horas sublimes, 
de los amaneceres eufóricos, azules
tras las noches en vela.

Una y otra vez. 

Pero es tan tarde ya, 
que no encuentro razones 
ni risas ni deseos 
en cada aurora nueva. 
Y está ya casi seco 
aquel pozo profundo y rebosante 
de risas y lujuria 
con ansias de ternura. 

Y cansado  me espanto, me fustigo, me odio 
por tanta ilusión muerta, 
por tanta vida viva 
como derroché entonces 
en inútiles noches incendiarias 
de pólvora mojada. 

Una y otra vez, 
la impertérrita esfera giratoria del tiempo
 me empuja a los orígenes 
de los sueños intactos, 
de aquellos sueños mágicos
que ya nacieron muertos.        

De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)