31/1/16

Esferas


Una y otra vez 
la impertérrita esfera giratoria del tiempo 
me devuelve al origen 
de las horas sublimes, 
de los amaneceres eufóricos, azules
tras las noches en vela.

Una y otra vez. 

Pero es tan tarde ya, 
que no encuentro razones 
ni risas ni deseos 
en cada aurora nueva. 
Y está ya casi seco 
aquel pozo profundo y rebosante 
de risas y lujuria 
con ansias de ternura. 

Y cansado  me espanto, me fustigo, me odio 
por tanta ilusión muerta, 
por tanta vida viva 
como derroché entonces 
en inútiles noches incendiarias 
de pólvora mojada. 

Una y otra vez, 
la impertérrita esfera giratoria del tiempo
 me empuja a los orígenes 
de los sueños intactos, 
de aquellos sueños mágicos
que ya nacieron muertos.        

De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)

20/1/16

Octubre


La tarde se desmaya en mi ventana.
Aún hace calor.

Afuera,
bandadas de gorriones exaltados
preparan la dormida
discutiendo por las mejores ramas del jardín.

A lo lejos,
justo detrás de la torre cristiana de los Púlpitos,
una luna naranja asoma su carita.
Viene alegre, coqueta, sofocada,
de tanto caminar detrás del sol.

Cáceres se relaja.
Y yo,
desde mi alma nostálgica, callada,
siento un escalofrío de ternura
al recordar otra tarde como esta,
prendido de sus ojos, de su boca,
rendido por su amor.

Octubre se desgrana lentamente,
con brillos excesivos,
sin ganas de traernos el otoño.
Rebelde e indignado, como todos.
Presiente que este otoño
vendrá con una extraña sementera
de papeletas blancas:
semillas de promesas incumplidas en urnas de cristal.
Y se rebela.


Me salgo a la terraza
cuando la noche ya envuelve con su manto
la vida en la ciudad.
La luna, más tranquila,
pasea su soledad por la gran avenida de los sueños
aluzada de estrellas.
Se ha empolvado la cara
para que el sol la encuentre de mañana
más guapa, más mujer.

Silencio en el jardín.

Los gorriones, cansados de disputas,
se han quedado dormidos.
Sigue haciendo calor.

Octubre está indignado y se rebela.

                           
                            Octubre-2011




                                De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)


10/1/16

Tu nombre

 

Aquí sigo,

aprendiendo a decir tu nombre sin adornos,

desnudo de ropajes.

Probando a recitar sus mágicos fonemas

sin arreglos de orquesta,

sin bellas melodías.

Intentando hacer simple su grafía

maquillada de gótico tardío.

Lo intento cada día.

Lo desmenuzo en sílabas viajeras

y con ellas fabrico

poemas de distancias y de olvido.

 

Mientras tanto,

aquí sigo.

Es posible que dentro de unos meses,

de unos años tal vez,

pueda volver a pronunciar tu nombre

sin que me duela el alma.

Hasta entonces,

las letras de tu nombre, para mí,

serán dulce castigo.

                       

                               
                           De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)

 

           

             



6/1/16

Aromas


                                     

Hoy me llegó el día con cara de enfado
y su aliento frío se coló en mi alcoba.
Afuera, la lluvia,
con su taconeo de joven gitana,
me trajo las notas de aquella marimba
-soñada, lejana-
que una noche aciaga,
entre los escombros,
regaló a la luna compases con alma.

Me trajo esta lluvia
el vivo "recuerdo" de otra lluvia cálida
de allende los mares:
tórrido aguacero que en húmedo abrazo
seduce a la fronda para engendrar vida.
Y, tras el romance,
la selva se pone su vestido verde
con lunares rojos, azules y gualdos
de mil guacamayos entre la enramada.

Hoy el triste día
vino con aromas de fragantes cedros,
de ceibas sagradas,
de nobles caobas que,
tras la tormenta,
impregnan el aire de una tierra mágica,
morada de dioses,
primavera eterna.

Más tarde, la lluvia
se tornó suave, fina, reposada...
Ya sólo quedó flotando en la estancia
un único aroma:
la suave fragancia de tu piel mojada.


 De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)