25/11/16

Vendrás, sé que vendrás

















Vendrás, sé que vendrás
cuando mi aliento sólo sea un suspiro
perdido en las tinieblas del ocaso,
cuando mi cuerpo fluya a la deriva
por un mar sin sentido
de tanto naufragar tras tu silencio.
 
Vendrás, sé que vendrás
al filo de una oscura medianoche
mientras la madrugada se hace eterna
y en su terca quietud
se niegue a caminar hacia la aurora
del ansiado y postrero nuevo día.

Vendrás, vendrás y...entonces,
¡cuánto lamentaré no haber vivido
todo el tiempo a la sombra de tu risa
para pintar la nieve de tu rostro
con versos de colores encendidos,
para adornar tus trenzas infantiles
con flores a la vera del camino,
para incendiar la fronda de tu cuerpo
con estas manos mías, como antorchas
en busca de recónditos remansos
donde apagar la sed por tanta espera!

Regresarás, lo sé,
cuando la densa niebla ya me envuelva
con sus brazos de bruja plañidera,
cuando este barco mío ya zozobre
en las sombrías aguas del Estigia
y el tiempo derrochado en no tenerte
me aplaste la conciencia como losa.

Vendrás entonces tierna y afligida
sobre una luna llena exuberante,
ataviada con túnica de seda,
y besarás mi frente tiernamente
con un último beso
en las primeras luces de una aurora
lejana ya, imposible.