9/3/16

Nocturno



La noche se diluye en mi tristeza
dejándome en los labios del recuerdo
el sabor agridulce
de lejanas nostalgias…

La fuente se vacía de soledad 
entonando baladas de agua y piedra 
cuando lanza su chorro con espuma 
hacia la noche negra, 
más allá del fulgor 
de un contraluz suave de polvo blanco y luna.
             
Y junto a ella, yo, 
solitario, perdido y atrapado 
en la tela sutil
que por aquellos días tejieron tus palabras, 
lejanas ya en el tiempo, 
pero adheridas para siempre ya
a la enferma obsesión
de mi terca memoria. 
Palabras como dardos 
que anularon con su dulce veneno 
mi débil voluntad enamorada.

La orquesta toca un vals que viene y grita, 
que huye y se desmaya 
con cada bocanada de viento racheado, cálido,
de aquel agosto infame.

Y hay como un deje amargo de desprecio,
un hastío infinito, 
en esas risas huecas y forzadas 
que me llegan a golpes 
desde la algarabía del jardín, 
invadido, violado, 
por siniestros fantasmas de rostros afectados.

Más abajo, hacía el río, 

a la luz de una luna medio llena,
se extasían inhiestos los chopos plateados 
contemplando sus siluetas de sombra 
en las tranquilas aguas.
Hasta ellos parece que se ríen
                              de mi amargo abandono
                              cuando el viento los mece
y se agitan sus hojas verdiblancas.

Y mientras, tú, 
habitándolo todo:
con tus ojos abiertos frente a mí
en cada estrella joven que titila en la noche,
con tu eterna sonrisa macilenta
de adorable nereida
en la luna menguante que corona la sierra,
con tu voz cantarina y hechicera
en la inquieta corriente del río entre las rocas,
con tu cruel arrogancia
de flecha de veleta en lo alto de la torre
hurgándome en la herida.

Todo es sosiego y paz alrededor, 
todo guerra y dolor dentro de mí
en esta noche niña de astros como antorchas.

Al pronto, 
para dejar constancia 
de que  la vida existe también entre las sombras,
comienzan su concierto de monótonas notas
una legión de grillos desvelados.
.
La noche me aprisiona y se eterniza
en mi negra tristeza
dejándome en los labios del recuerdo
un sabor agridulce
a perpetuas nostalgias…


De "Versos al atardecer: Sueños" (2010-2013)