2/8/22

MAR TRANQUILO

 

 


¡No sé que tienen las olas

que brillan como diamantes

y arrullan a los amantes

que viven su amor a solas!

Y ríen las caracolas

mientras llora una guitarra;

al cante, doña cigarra,

flamenca y de talle fino:

 desde la copa del pino

su voz el aire desgarra.

 

El sol, cansado de cielo

se inclina buscando el mar,

el agua quiere besar

para sofocar su anhelo.

La tarde se peina el pelo

y sobre el mar lo derrama,

quiere meterse en la cama

antes que llegue la noche

con su risa, su derroche

 y su humor de joven dama.


Y es este mar apacible

el que me acerca a tus ojos

cautivos tras los cerrojos

de un amor inaccesible,

de un amor tan imposible

como el planeta lejano 

al que tendemos la mano

para sentir su presencia.

¡Ay, cómo duele tu ausencia

este tórrido verano!