Mis poetas: F. García Lorca
Federico García Lorca
(Fuente Vaqueros, Granada,1898-Viznar, Granada-1936)
La fuerza de su poesía me animó siempre a escribir de forma auténtica y
,sobre
todo, a escribir con el
corazón, como lo hizo él .Sirva este pequeño homenaje
para agradecer su generosa
entrega a la poesía y al teatro durante toda su corta
vida.
Fed
Romance de la noche negra.
Se oyen coplas
escondidas
en la noche de Granada.
”El corazón que
tenía en la escuela
donde estuvo pintada la cartilla primera,
¿está en ti, noche negra?”
Coplas en la madrugada
sobre cuerdas de guitarra.
Misterio, duende y pasión.
Y a la sierra de Granada,
se le enciende el corazón.
La copla vuelve a
sonar…
”Pasaron cuatro
jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras”
¡Que ya vienen!
¡Que ya llegan!
¡Traen el odio en sus miradas!
¡Que ya llaman a la puerta!
¡Que ya tu suerte está echada!
Voces roncas por el llanto…
”Y a las nueve de
la noche
lo llevan al calabozo
mientras los guardias civiles
beben limonada todos”
Asomado a los
barrotes
de una celda oscura y fría,
vas repartiendo tus versos
de muerte por los caminos.
Una luna blanca y seria
te mira desde lo alto
y llora por tu destino.
Lamentos de soledad…
”Era madrugada.
Nadie
pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire”
Bajo la luna de
plata
y entre los olivos verdes,
solloza la madrugada.
¡Ya te llevan, Federico,
por los caminos desiertos
hacia la noche olvidada.
Y hasta los juncos del río
lloran lágrimas amargas
que les regala el rocío.
¡Ay, que se lo llevan, madre!
“Cuando las
estrellas clavan
rejones al agua gris…
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir”
Escudos de yugo y
flechas
sobre camisas azules;
corazones prisioneros
por el odio y la ignorancia,
apuntaron sus fusiles.
Una descarga cerrada
resonó en la madrugada.
La copla llorando
va…
“Ay, qué camino
tan largo!
¡Ay, mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera
antes de llegar a Córdoba!”
Cuatro
cuerpos inocentes
besaban la tierra inerte
sin saber por qué morían.
Las estrellas se encendían
por el lado de poniente.
¡Ay, triste noche sombría!
Hoy, bajo la luna fría
han dado muerte al poeta,
pero vida a su poesía.