Roja, encendida, mimosa,
como escapando del suelo,
buscando el azul del cielo
se yergue, altiva, la rosa.
Dobla su tallo y, curiosa,
repara con extrañeza
en la tierra, y su rudeza
le comprime el corazón.
¡No entiende que es la razón
de su espléndida belleza!
como escapando del suelo,
buscando el azul del cielo
se yergue, altiva, la rosa.
Dobla su tallo y, curiosa,
repara con extrañeza
en la tierra, y su rudeza
le comprime el corazón.
¡No entiende que es la razón
de su espléndida belleza!
De "Versos al atardecer:Estampas" (2010-2013)
A veces lo que creemos males son bienestares, nada sería la rosa sin la tierra que la nutre, aunque la mantenga presa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Rafael,solemos ignorar lo que de verdad importa para perder el tiempo con lo superfluo.
EliminarGracias por acercarte hasta esta rosa altiva.
Un abrazo