Orgullosa da la espalda
a la recia catedral;
ni trono ni pedestal
necesita la Giralda
para sentirse esmeralda
de brillante colorido;
faro, blasón, apellido
de la ciudad de Sevilla,
elegante maravilla
que al mundo quita el sentido.
Tan fina, tan natural,
pareces una guirnalda
y aún sin corpiño ni falda,
eres dama principal.
¡Oh, belleza vertical!
Te asemejas a un dibujo
pues, sin adornos ni lujo,
asombras al caminante
que te contempla expectante
embriagado por tu embrujo.
De "Versos al atardecer: Estampas" (2010-2013)
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